Durante años, gestionar una colonia felina era casi un acto de fe. Se hacía lo que se podía, con buena voluntad, pero con muy poca información fiable: cuántos gatos hay, quién los alimenta, cuándo se esterilizó a cada uno, qué incidencias están abiertas… Miles de gestoras y gestores por toda España sosteniendo el sistema con cuadernos de notas, grupos de WhatsApp y carpetas en un ordenador que solo funciona si nadie lo toca.
Hay quien, como Alicia, lleva más de veinte años registrando de forma meticulosa cada gato, cada captura y cada tratamiento. Otros, como Jesús, se apuntan en el calendario de la cocina el día exacto de la desparasitación y cuándo toca renovar la pipeta. Algunos trabajan arropados por asociaciones que les dan estructura. Y otros lo hacen en solitario, lidiando con vecinos que aún repiten aquello de “si tanto te gustan, llévatelos a tu casa”.
Los más afortunados cuentan con el respaldo de su ayuntamiento… y cruzan los dedos esperando que no cambie la concejala que les apoya o que no se jubile el técnico municipal que pide cada año la subvención de castración.
Y entonces llegó la Ley 7/2023, con un mensaje claro: los municipios deben garantizar la gestión ética de las colonias felinas, asegurar la atención veterinaria y coordinarse con voluntariado y ciudadanía. Lo que ya intuíamos se hizo explícito: hacía falta método, datos, coordinación y, por supuesto, más recursos económicos y humanos.
Aquí es donde Meow Metrics se convierte en ese “orden” que todos necesitábamos.
Trazabilidad real de cada colonia felina
Cada gato tiene su ficha, su historial, su ubicación y sus intervenciones. No hay dudas. No hay “creo que alguien lo esterilizó el año pasado”.
Hay datos verificables, accesibles y actualizados.
Y esa información permite a los ayuntamientos tomar decisiones basadas en evidencia y no en memorias individuales.
Además, Meow Metrics actúa como un técnico municipal digital especializado en gestión CER, sin el coste de contratar a una persona adicional para hacerlo. O, dicho de otro modo: libera a los técnicos municipales del trabajo de coordinación diaria para que puedan supervisar, planificar y actuar con más tiempo y menos frustración.
Coordinación real entre ayuntamientos y voluntariado
Los municipios se sorprenden cuando ven que, por primera vez, todos trabajan en el mismo lugar:
- avisos,
- capturas,
- esterilizaciones,
- altas veterinarias,
- alimentación,
- incidencias…
Todo fluye sin mensajes perdidos ni hilos interminables en redes sociales.
Meow Metrics no sustituye a nadie: ordena, facilita y reduce fricciones. Lo que ya hacían, ahora se hace mejor.
Informes automáticos y transparencia pública
Una de las tareas más pesadas del trabajo municipal ha sido siempre preparar informes: para plenos, para transparencia, para justificar subvenciones, para comunicación interna.
Ahora, el sistema los genera automáticamente:
- gráficos,
- evolución de colonias,
- número de esterilizaciones,
- indicadores de bienestar,
- costes evitados,
- evidencias de cumplimiento CER.
Y lo mejor es que, si el municipio quiere, estos datos se pueden hacer públicos. Porque la transparencia no debería ser un castigo: es una oportunidad para demostrar que el método CER funciona y que lo hace gracias al esfuerzo de todas las personas implicadas.
Los datos de Alicia, los recordatorios de Jesús, las capturas registradas, los avisos atendidos… todo queda recogido de forma unificada.
Cumplimiento de la Ley 7/2023 sin dolores de cabeza
La ley dejó claro que la gestión de colonias felinas no es opcional:
es obligación municipal.
Meow Metrics “traduce” esa obligación en acciones concretas y auditables:
- protocolos claros,
- registros completos,
- datos preparados para inspección,
- comunicación estructurada,
- seguimiento automático del estado de cada colonia.
Lo que antes requería horas de trabajo manual ahora son procesos fiables, ordenados y trazables.
Porque —y esto lo veo cada día—
cuando hay datos, hay confianza;
cuando hay confianza, hay coordinación;
y cuando hay coordinación, las colonias mejoran.
Las ciudades cambian cuando empezamos a mirar lo pequeño.
Las colonias felinas son una parte discreta pero esencial de nuestros barrios. Gestionarlas bien no solo es cumplir una ley: es mejorar la convivencia, la salud pública y el bienestar de todos.
Si quieres saber cómo trabajamos ya con otros municipios de España, te lo cuento encantada. 😉